"las ideas no se lavan (tampoco se centrifugan, se cuelgan en el tender o se planchan)"

esto lo escribi hace bastante
en cierta medida repimi al ducho bardero que queria kilombo y logre un articulo...tranqui, mediador, comprensivo, pasivo, pero a la vez agudo, analitico y que me hace orgulloso.
se supone que era para una revista...que jamas se publico
mejor asi


Critica al sistema tribal:
Un día alguien se me acerco y me dijo “¿querés escribir para la revista?”. Yo respondí que bueno, que estaría copado.
Ahí empezó el problema: tuve la idea (avalada por el editor) de escribir un articulo sobre tribus urbanas. Grave error. Primero: hablar de las tribus es riesgoso, uno corre el riesgo de herir sensibilidades, de insultar sin intención el orgullo de alguien. Que cuestionen tu “como y porque” es incomodo, y muchos justamente se “afilian” a tribus para que no los vuelvan a molestar con cuestionamientos sin sentido. Desde ya aclaro que ese no es mi objetivo.
Y por otro lado esta el tema de la inspiración. Verán, para mi escribir es (me arriesgo a sonar cliché) un estado mental. Es todo cuestión de inspiración. Yo había pensado en el tema de las tribus muchas veces antes, y tenia ideas bastante sólidas al respecto, pero luego de que me propusieron hacer el articulo, la inspiración se fue, hasta que un día volvió, día en el cual escribí esto, todo de corrido.

Desde el vamos, y dejando de lado el aspecto primitivo, la palabra tribu define un grupo que dentro de si mismo guarda cierta pertenencia, lealtad, que comparte códigos. Pero también que se identifica con los mismo ídolos, símbolos e indumentarias y (por mas que suene cruel) todas esas cosas que se pueden adquirir a un precio (¿razonable?) en la Bond Street.
Pero no es mi función definirles un concepto que les es tan familiar. De hecho, me atrevo a arriesgar que muchos de los que lean esta nota deben pertenecer a alguna tribu. Tampoco quiero escribir un catalogo garcha estilo “ser urbano” recorriendo las costumbres y bla…bla…bla de las tribus. Todos las conocemos, todos sabemos como son, así que no voy a gastarme en describírselas por enésima vez.
Por otro lado, si es mi intención atacar las bases del sistema de tribus. No a las tribus, no me molesta, al contrario, me parece bien que cada uno haga lo que se le cante. No quiero atacar a ninguna en particular, ni pretendo generar problemáticas de ningún tipo; quiero mas bien cuestionar desde mi humilde posición un sistema que falla en su objetivo mas elevado.
Esas tribus tiene su origen en el anhelo de la gente de mostrarse distinta al resto, no a todo el resto, pero si al grueso de la población. Y que mejor manera de hacerlo que vistiendo atuendos que le sean exclusivos, a modo de distintivo, escuchar música acorde a la “onda” de la tribu, etc. Me remito a la música y la ropa, porque es lo que todas las tribus usan como “marcas”. Si bien algunas se expresan también en otras ramas del arte, ninguna escapa a la dupla “moda y música”.
Es innegable que el “motus” detrás de la existencia de las tribus es la idea de separarse del resto, alejarse del sistema, demostrar lo distintos que somos. Pero el sistema es tirano, y es flexible, y ahí esta mi punto.
A todos nos gustaría cagarnos en el sistema, a todos nos simpatizan los ideales de libertad y todo eso, pero…seamos realistas, combatir al sistema comprando “otra ropa” no nos lleva a ningún lado, salvo a la diversificación de la industria textil. No digo que no lo hagan, tiene cada uno derecho a vestirse como se le da la gana, pero usar la libertad a circular vestido como tengo ganas como “estandarte del cambio y la revolución” me parece un tanto absurdo. Es muy lindo tener una remera del Che, o una con la famosa A de la anarquía, o una mochila con la estrella roja y la hoz y el martillo dibujados, pero les aseguro que los fabricantes de esas cosas levantan la guita con pala, y viven en countries y le garpan unos sueldos mediocres a los tipos que, irónicamente, planchan la cara del Che en la remerita. Eso es lucrar con los ideales, y es cualquiera, los ideales están para ser puestos en práctica, no para lucirlos en remeras, tatuajes o mochilas.
Y después esta la traición, que desde que existe el hombre, es el peor delito cometido, solo perdonable a la mujeres en tiempos de paz. Si de verdad te identificas con toda esa ropa y alharaca, esta bien, allá vos. Ponéte la ropa que quieras, o no te pongas nada, salí en bolas. Pero creo que el ideal de tribu es un poco mas profundo. Estoy siendo poco claro: básicamente, poniéndote la ropa de tal o cual tribu no te hace miembro. Y volvemos al tema de la lucha contra el sistema. Llegamos a un punto tal de la comercialización de los ideales, que para ser pongamos por caso “Punk” no existe la necesidad de estar en contacto con los ideales de rebeldía, anarquía, libertad, critica al sistema. Sencillamente con una remera que diga “Nevermind The Bollocks, Her´s the Sex Pistols” ya pasas automáticamente a engrosar las filas de tu nueva tribu. Felicitaciones, ¿querías ser diferente?, lo lograste, sos igual de diferente que los 2.3 millones de punks en el país. Resumiendo lo anterior: no hace falta pensar como la tribu, solo tenés que “camuflarte” como uno de ellos, y ya sos uno más. Creo que es ahí donde se desvirtúa el ideal de tribu. En vez de uno, a través de su ropa, demostrar lo que lleva adentro, funciona a la inversa. El “Soy lo que me pongo” reemplazo a “me pongo lo que va conmigo; me pongo lo que soy”. Y créanme, el orden de las palabras altera todo.
Mi punto es que, el sistema de tribus, a mi modo de verlo, falló. Presenta paradojas inmensas, en las cuales, la búsqueda de la identidad propia no esta en uno mismo, sino en “los que se visten con…”. Se busca la individualidad no en la persona, sino en un grupo ligeramente mas reducido. No niego la existencia de verdaderos tribales, personas que creen todo lo que sus ropas dejan significar, pero pienso que son mas los que, por debilidad, cobardía, curiosidad o mero espíritu aventurero se hacen miembros de las tribus, muchas veces sin saber realmente lo que eso implica.