¿...quizas...?

El otro día la volví a ver. Cuando desperté estaba allí, aguardándome. Sospechaba que ella fue quien me arranco de mi placido sueño, aunque sabia que no había sido así. Nunca emitía ningún sonido, nunca decía ni siquiera una palabra. Una y otra vez volvíamos a tener esas silenciosas conversaciones con la mirada, esas charlas mudas que se prolongan por horas, hasta que los primeros rayos del alba se colaban por mi persiana.

El silencio es la parte más sobrecogedora de la visita. Todos los pájaros dejan de cantar, los perros no ladran, y hasta las trifulcas de borrachos dejan de emitir sonido alguno. No es que me incomode, sino que me resulta completamente inexplicable como todo sonido puede desaparecer por su sola presencia en mi dormitorio.

La vigilia es otro aspecto enigmático. Ella no me despierta, ni tampoco soy yo un insomne. Admito que a veces me quede despierto esperándola, aunque cuando lo hago, ella no viene. Solo aparece cuando estoy dormido. Es curioso, recién acabo de notar que, por mas que paso horas despierto hay algo en ella, en sus ojos, en su mirada, en el aire que la acompaña, en el aroma a lilas que la precede, y flota aun cuando ya se fue, que relaja todo músculo del cuerpo, y evita cualquier efecto de desvelo en el día siguiente. Es casi como un soñar despierto, o una vigilia sin cansancio.

La primera vez que vino, me sentí lógicamente atemorizado, no por ella, sino por el hecho de que estuviese allí, con esa expresión de haber esperado por horas, incluso años, para visitarme. No se quien pueda ser, aunque creo que el misterio hace que su compañía sea aun mas placentera. Tampoco se que pueda ser. Evidentemente, es mujer, pero desconozco la naturaleza de su existencia física. No creo que sea un fantasma, nunca creí en ellos, y aunque este probablemente sea un buen momento para empezar a creer, no pienso que ella sea uno. Tampoco la imagino. Siempre me costo imaginar personas que yo no conozca previamente, me resulta difícil inventar rostros, solo se evocar los que ya he visto. Incluso en sueños, cuando imagino a alguien que no conozco, olvido su cara, o ni siquiera los miro a la cara. Pero con ella es diferente, se que no la conozco, y también carece de los rasgos característicos de las personas que conozco. Puede ser cualquiera, pero hasta ahora, no es nadie.

Otra cosa curiosa es la forma en que se va. Nunca la vi llegar, como tampoco irse. Cuando es de su antojo retirarse, simplemente me duermo, apaciblemente. Hay algo en mí que me obliga a cerrar los ojos, sabiendo que la perderé, pero sospechando que volverá. Dejarla ir, solo para saber que volverá, para esperarla despierto sabiendo que de ese modo no vendrá, y finalmente hallarla, sin siquiera esperarla, sentada en el borde de mi cama, con su mirada irremediablemente melancólica fija en mi, pero a la vez como perdida, ensimismada y expectante.

Algún día quizás saber quien es, por el momento solo es Ella.